InicioMamíferosUngulados › Ciervo (Cervus elaphus)
Vídeo

Ciervo
Cervus elaphus

Características

Ciervo macho adulto en alerta
Foto: Wikipedia
Ciervo macho adulto en alerta

Es el mayor de los herbívoros silvestres de la Península Ibérica, con un peso que puede llegar a los 200 kilos, una longitud de hasta dos metros y una altura a la cruz de entre uno y un metro y medio.

Presenta un claro dimorfismo sexual, con los machos siendo más voluminosos y presentando cuernas la mayor parte del año (excepto entre febrero y mayo, cuando los pierden). Las hembras por su parte son más esbeltas y carecen de cuernas en cualquier fase de su vida.

El color de la capa es más rojiza durante la primavera y el verano y más grisácea durante otoño e invierno. Los cervatillos presentan puntos blancos sobre su capa.

El ciervo peninsular es reconociblemente más pequeño que el ciervo europeo de latitudes más norteñas. Además el ciervo peninsular carece, a diferencia de sus parientes europeos, de crines.

Cierva con cervato

El naturalista Ángel Cabrera estableció en la Península dos subespecies, hispanicus (prácticamante sólo presente en el Bajo Guadalquivir) y el bolivari, en el resto de la Península. Existen también poblaciones hibridadas con ciervos europeos importados.

La cuerna evoluciona con la edad, sirviendo para especificar el nombre del animal: varetos cuando son más jóvenes y la cuerna tiene una única punta y horquillones cuando tienen ya dos puntas. El número de puntas de la cuerna no tiene una relación directa con la edad del animal, sino que tiene que ver con factores ambientales y genéticos.

Hábitat

Ciervo macho adulto en reposo
Foto: Esetena vía Wikipedia
Ciervo macho adulto en reposo

Puede encontrarse al ciervo en gran variedad de hábitats de toda la Península, desde los sistemas montañosos, a los bosques densos o las dehesas.

En España es posible ver ciervos en Pirineos, la Cordillera Cantábrica, la Sierra de la Culebra, Monfragüe y sierras de Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía, por citar algunos ejemplos.

Reproducción

El periodo de celo es en septiembre y primeros de octubre. Los ciervos machos se aparean con varias hembras para lo que deben antes competir con otros machos adultos. Durante este periodo de celo la cuerna alcanza su mayor desarrollo, los machos pelean entrechocando sus cuernas y emiten grandes berridos en lo que se llama la berrea, que es fácil de observar puesto que sus hábitos se vuelven diurnos y se hacen menos asustadizos.

El estado de adulto se alcanza a los dos años, aunque los machos antes de llegar a reproducirse deberán pasar algunos años compitiendo con otros adultos más desarrollados que pueden defender mejor un harén.

Fuera de la época de reproducción los machos viven aislados e itinerantes y las hembras viven en colonias, junto con los subadultos.

Alimentación y costumbres

Herbívoro. Se alimenta de brotes tiernos y hojas, pasto, arbutos, setas y en ocasiones de los cultivos. El efecto de su presencia en el monte bajo y en los brotes de los árboles es muy apreciable. En las zonas donde habitan los ciervos el crecimiento de las especies vegetales se controla de forma natural.

Normalmente, en hábitats en los que la presencia humana es notable, sus hábitos son nocturnos, con excepción de la época de celo, con una mayor actividad a la puesta de sol y al alba. En regiones más remotas con menos presencia humana sus hábitos pueden ser diurnos.

Su único enemigo natural es el lobo. En la Sierra de la Culebra, donde las dos especies coexisten desde siempre, la presión a lo largo de los años que el lobo ejerce sobre los ejemplares más débiles de ciervos ha producido ejemplares de mayor tamaño que en otras regiones españolas.

Rastros

Tiene pezuñas hendidas y alargadas, con dedos secundarios que sólo se marcan en el suelo muy blando o cuando el animal galopa.

Los ciervos dejan rastros relacionados con sus hábitos alimentarios, como el despuntado de los brotes tiernos de los arbustos y de las ramas bajas de los árboles, así como líneas verticales paralelas del mordiqueado de la corteza de algunos árboles. El rascado de la cuerna contra la corteza de otros árboles es también un signo que advierte de la presencia de ciervos en un área.

Como corresponde a otros grandes herbívoros, pasan muchas de las horas diurnas acostados en camas, que tienen la forma de claros de vegetación aplastados en zonas tranquilas.

Huella de ciervo en el barro, dejada al galope
Huella de ciervo en la nieve, dejada al paso
Excremento de ciervo

Vídeos

COMPARTE FAUNA IBÉRICA

ESTAMOS EN:

RSS Mastodon Twitter

Servidor monitorizado por:
Servidor monitorizado por Minos TN